[El Barça pasa por el diván

Los psicólogos del deporte buscan una lógica que haga comprensible la mala racha del equipo azulgrana.]

Artículo del diario Ara, donde se recoge las opiniones de varios profesionales a los que se les relaciona con el aspecto psicológico (no todos psicólogos), y mis comentarios sobre este:

En base al Artículo de Natalia Arroyo, diari Ara.

[El vértigo no se siente cuando estás arriba. Se siente cuando recuerdas que puedes caer, ya sea porque recibes un aviso o porque sufres un resbalón. Y el Barça ha encadenado tres en la Liga, más la eliminación en la Champions. Una racha horrible que ha frenado en seco el empuje del equipo, ahora al borde del precipicio. De invencibles a vulnerables, en un giro de guión tan sorprendente como inexplicable. “Se hace difícil saber, sobre todo si no se tiene conocimiento exacto de qué pasa dentro del vestuario”, admite el entrenador y coach Xesco Espar, que no ve iguales las derrotas del Madrid o el Atlético que las de la Real Sociedad o la del Valencia. “El domingo el equipo reacciona bien, la actitud es buena. Pero la actitud no es un interruptor, y menos ahora a final de temporada, cuando todos los equipos muerden por los puntos. Quizás, sin darte cuenta, te has relajado un poco y ahora no puedes re-conectar tan fácilmente. Y cuando sabes que lo tienes que hacer pero no te sale, aparece la angustia “, añade.


Angustia era la palabra que se cernía en el Camp Nou entre parada y parada de Diego Alves. “Cuando se pierde un objetivo, o si las expectativas que habías creado eran muy altas, la distancia con la realidad se hace demasiado grande y sientes ansiedad”, explica Vicenç Raluy, psicólogo del deporte y del rendimiento.

El psicólogo José Ángel Caperán añade otra idea: “Es difícil mantener el rendimiento cuando los rivales se alejan tanto de ti y no te hacen competir al máximo nivel. Es difícil centrar la atención, bajas la tensión, y el jugador, inevitablemente, se dispersa. Es como un ciclista que se escapa y se pone a gestionar la ventaja bajando el ritmo. Cuando quieres volver a incrementar, te sorprende la inercia de tus perseguidores “.

Serían explicaciones lógicas para entender como se ha derrumbado el equipo después de una racha de 39 partidos sin perder. De un vuelo ágil hacia los títulos al actual paso inseguro. De octubre a marzo, la sensación de victoria se hizo tan real, tan cercana, que la aparición repentina de una piedra en el camino ha cogido el equipo desprevenido. “Y seguramente han hecho un trabajo preventivo previo, porque el año pasado el vestuario ya tuvo que pasar por situaciones adversas, pero cuando no tienes el hábito de superar obstáculos estás menos entrenado para gestionarlo”. Óliver Martínez, director de la web Deportivamente, cree que todo es un problema de pérdida de control, desde el tropiezo el día del clásico. “Y luego la eliminación europea rompe el esquema del triplete, que estaba interiorizado y había alimentado todas las expectativas. Se comienza a jugar con el miedo de perder todo lo que te había costado tanto conseguir “, valora. Y llega el estrés, la frustración, sensaciones que se intuyen desde fuera los últimos días.

Todas las visiones subrayan precisamente esto, la dificultad de precisar el análisis sin conocer las interioridades del vestuario. “Es un tema interno, de liderazgo efectivo”, aporta Montserrat Cascalló, coach profesional y máster en psicología del deporte, y también formadora de entrenadores en materia de liderazgo en el Instituto Gestalt de Barcelona. “¿Cuál es el estado emocional del grupo? Quién lo lidera? Y como está este líder emocional? “, Se pregunta. Lo que parece obvio, dice, es que “el equipo necesita cambiar su clima emocional para salir de la crisis de juego que está sufriendo, necesita un líder fuerte y seguro que les haga ver que tienen un reto por delante y que les recuerde cuáles son sus fortalezas para abordar el reto “. Sin esta figura, el equipo corre el riesgo “de impregnarse de los mensajes externos y entrar en la peligrosa espiral del miedo a fallar”.

Sobre el césped ante el Valencia, el equipo se aferró a la clarividencia de Messi e Iniesta más el coraje de Mascherano y Piqué, quien también fue el encargado de ejercer de portavoz en zona mixta. Según Raluy, la accesibilidad del central en las últimas semanas, a través de Periscope, ha acabado siendo indirectamente “una presión añadida”. “Añaden una tensión extra que se te vuelve en contra cuando no estás bien”, explica.

Es, en parte, lo que le pasa a Luis Enrique con los medios de comunicación. El discurso del técnico es poco empático con la prensa, pero respeta los patrones más puros de la psicología, destapando el trabajo que Joaquín Valdés hace con él.
“Orienta el esfuerzo a la tarea y no al resultado, y quita presión a los jugadores. Sus palabras se centran en el cómo, a jugar bien y mejorar, y no en las consecuencias de este como. Hacer el ejercicio de centrarse en el aquí y ahora ayuda a poner el piloto automático y esquivar el riesgo de sentir angustia “, apunta Raluy. Caperán añade: “El colchón de puntos te distanciaba del día a día. Pero ahora el equipo deberá centrarse en el presente, ya no están en modo multitarea “.


Pero contra el Valencia, no lo logró. Algunas voces eran críticas con la actuación del técnico azulgrana el domingo. Que Luis Enrique no hiciera ningún cambio a pesar de la necesidad de remontada es otro síntoma del estado actual del Barça. “Me hubiera parecido injusto sustituir a alguien”, justificó después en la sala de prensa. Pero lo cierto es que la decisión de no mover pieza ha destapado, por un lado, el poco fondo de armario que tiene el Barça si sus principales estrellas no funcionan (Munir no tiene la autoridad que tenía Pedro para colarse en el partido, incluso si no se quiere tocar ningún crack del tridente) y, por otro, la falta de soluciones de un cuerpo técnico que fue haciendo retoques posicionales, pero no supo sacudir bastante el partido para levantarlo. Tampoco tenía recursos para hacerlo, con un banquillo en el que había cinco defensas, un portero y un único delantero. “En un partido, se trata de haber encontrado un planteamiento adecuado, haberlo entrenado bien, no sólo hablarlo o mirar un video, y jugarlo concentrado de verdad. Y quizás el Barça ha dejado de hacer al 100% alguna de estas cosas, sobre todo si no puedes forzar algunos titulares entre semana porque los tendrás que hacer jugar a toda costa -dice Espar, que reclama reactivar la exigencia para romper la mala dinámica-. La gente espera que la racha cambie con un buen resultado, pero para conseguirlo debes tú volver a hacer bien las cosas que hacías bien. Si no, el próximo partido no te dará la solución él solo “.

“Es que el rendimiento depende de muchas cosas y la motivación no cambia de un día para otro”, valora Raluy. El Barça no ha dejado de querer ganar, ni ha perdido la capacidad de hacerlo. Pero algunos jugadores, aunque estén habituados a entornos de máxima presión, no están sabiendo gestionar una situación límite que les ha cogido cuando menos se lo esperaban. El bloqueo de Neymar en el uno contra uno, las caídas en fuera de juego de Luis Suárez o la imprecisión en los remates son detalles que hay que analizar para encontrar soluciones. “Hay que volver a buscar el control, identificar bien los errores y concentrarte a dejar fluir tus puntos fuertes”, dice Martínez. Y Caperán añade: “El equipo se ha visto sorprendido en los logros que parecían obvios. Ahora debe volver a competir, ganárselo todo otra vez “. Y compitiendo, hasta hace quince días, este Barça era el mejor.]

 

Varios comentarios al respecto:

 

1) A las preguntas de la periodista aclararé que los comentarios son en base a generalidades, dado que la información válida quién podría especificarla es Joaquín Valdés, con quién no han podido hablar.

2) Aunque sea “vendible” el manejo de palabras como diván, terapia, … sería interesante que los periodistas, al menos los deportivos, vayan desterrando de su lenguaje, para referirse a la psicología en el deporte. Dado que el modelo de trabajo no va en esta dirección, y así evitaríamos dar una imagen errónea y que la estigmatice, dificultando su acceso a entrenadores y deportistas.

3) Por aclarar conceptos: El coaching es psicología, y en la más favorable de las acepciones podría considerarse una metodología más de las que manejamos los psicólogos, y que también manejan otros, en muchos casos como un modo de intrusismo profesional. Así pues, puedo ser psicólogo deportivo y experto en coaching pero no coach.

Y 4) En relación a alguna explicación dada en la entrevista … la ansiedad puede aumentar ante unas expectativas altas y la probabilidad de perdida de algunos de los objetivos clave, si aumenta la autovaloración de no tener recursos para salvar los obstáculos o de poder conseguir las expectativas. Así pues, poner el foco en el qué y el cómo actuar desde las propias capacidad hará disminuir esta angustia y favorecerá el poder aumentar la concentración en la tarea, y por tanto que aumente otra vez la eficacia. Mejora la eficacia reduciendo la precipitación o el bloqueo, según reaccione cada jugador.