La primera acción de Deulofeu

El extremo de Riudarenes, a quien Valverde dio descanso en Girona, necesita una actuación destacada para deatascar un inicio de temporada dubitativo.

Una asistencia. Dos buenos regates consecutivos. Quizás un gol. Gerard Deulofeu no encuentra todavía la primera acción de mérito que le dé confianza y que arranque los aplausos del Camp Nou. Y siente su mirada. No puede dejar de notarla, son dos ojos clavados en la nuca analizando cada movimiento. Cada posible resbalón. El inicio de temporada del de Riudarenes está reproduciendo patrones típicos de algunas familias, él parece un hijo que, más crecido y después de varios años lejos de los padres, vuelve a casa avergonzado de su complicada adolescencia. Pero con muchas ganas de enseñar en el que se está convirtiendo, aunque las etiquetas que arrastra del pasado le dificultan la nueva misión.

 

Artículo de Natalia Arroyo (Diari Ara)
Gerard Deulofeu, Trofeu Joan Gamper, debut en era Valverde. /ÀLEX CAPARRÓS/GETTY

 

“Veo que ha madurado en actitud y comportamiento”, analiza el ex coordinador del fútbol base del Barça Albert Benaiges. Lo cuenta con un punto de alivio, consciente de que este cambio era necesario para hacer posible el encaje de Deulofeu al proyecto azulgrana. “Antes quizás era más extrovertido en las celebraciones, en su gestualidad, pero ahora está moderado. Respeta mucho el entorno, los compañeros. Va bien orientado “, puntualiza Benaiges, que le detecta un fuerte deseo” de hacerlo bien, de gustar, de quedarse “. Para el técnico, Deulofeu tiene “calidad de sobra” para jugar en el Barça pero necesita “el punto de suerte” que le permita exhibirla con tranquilidad, sin la desesperación que transmite actualmente. Deulofeu parece desbordado.

28% de ACIERTO EN EL REGATE

 

Pensar demasiadas cosas
Y probablemente lo está. Juega un poco tenso, aturdido, como si tuviera demasiadas cosas en que pensar. Por un lado está su responsabilidad ofensiva, que tras la marcha de Neymar comenzó en la banda izquierda, donde no se ha terminado de sentir cómodo. En el extremo opuesto de lo que le resulta natural, no se ha atrevido a encarar el lateral rival y ha aportado poca profundidad al equipo. Cada movimiento hacia dentro era una sensación de estorbo con Iniesta, Messi y compañía que lo dejaban parado. Abierto a la banda, expectante. Demasiado poco bagaje para una zona en donde el aficionado azulgrana aún recuerda la hiperactividad de Neymar. Por la derecha ha sido más participativo, pero tampoco está teniendo acierto en el quiebro (28% de efectividad en el regate), la centrada (sólo ha generado 9 ocasiones) y el disparo (encuentran portería la mitad de sus remates). Mira Messi por defecto, le pasa el balón por decreto. No decide las jugadas, las reproduce artificialmente y en momentos inoportunos. En parte, también, porque tiene tanta obsesión en dejar claro que ya no es el niño que no colaboraba en tareas defensivas, que ataca pensando en las cosas que tendrá que hacer cuando pierda el balón, hasta el punto que ha hecho más faltas (6) de las que ha recibido (4). En definitiva, tiene un bloqueo.

La capacidad de desequilibrio de Deulofeu ha perdido fuerza. De momento, sólo ha resuelto a su favor 5 de los 18 regates intentados.

 

“A menos confianza y más exigencia (es decir, las expectativas más alejadas), baja la capacidad de resolver la situación”

 

“Tan importante como la confianza es la concentración, la capacidad de estar atento a lo que es relevante en cada momento”, comenta Vicente Raluy, psicólogo del deporte y del rendimiento, y especializado en coaching deportivo. Si no hay un equilibrio adecuado, la confianza baja y entran las dudas. “A menos confianza y más exigencia (es decir, las expectativas más alejadas), baja la capacidad de resolver la situación y se puede llegar a este bloqueo, que algunas veces puede ser literal. El riesgo de estas situaciones estresantes y con valoración negativa de consecución, son las lesiones y la ansiedad “, añade.

Valverde mira de sacarle presión
Para Deulofeu, generar expectativas altas no es ninguna novedad porque hace años que convive con la exigencia, en la Masía y en las categorías inferiores de la selección española. De hecho, como apunta Raluy, que el de Riudarenes tenga “mucha presión” y que se la ponga, no tiene porqué ser negativo, siempre que no derive en una situación de angustia. Y en este sentido, la figura de Ernesto Valverde puede tener mucho que decir. Si algo está caracterizando al técnico en este comienzo de la Liga es que, desde la tranquilidad y la normalidad, está encontrando el mejor contexto para la mayoría de sus futbolistas.

 

VICENÇ RALUY, PSICÓLOGO DEL DEPORTE Y DEL RENDIMIENTO, Y ESPECIALIZADO EN COACHING

 

De momento, ha gestionado con acierto las primeras apariciones de Paulinho y Semedo, está recuperando la mejor versión de Denis, ha dado galones en medio a Busquets, Iniesta y Rakitic, y ha vuelto a multiplicar el impacto goleador de Messi, en “un sentimiento de equipo “, en palabras del entrenador, que reparte méritos entre toda la plantilla. Y esto incluye también Deulofeu, que espera su turno para ser protagonista, enfrascado en esta extraña contradicción de poner muchas ganas y recoger poco acierto. “Tiene una gran motivación para hacer bien las cosas, unas expectativas altas, sale al campo con mucha intensidad, enchufado, su nivel de activación es alto”, describe Raluy. Pero la cosa no funciona, todavía. Valverde.

 

Para profundizar en este tema de la ansiedad en los deportistas jóvenes compartimos este video: